Es cruel, y lo considero un terrible crimen vivir la niñez y juventud bajo el comunismo, pues se nos va lo mejor de la vida en meras quimeras de prosperidad que nunca llegan. Honro a mis padres, abuelos y tíos por ser ejemplo en Cuba republicana, una de las familias campesinas más numerosa y trabajadoras de la isla. Un periódico publicó la fotografía de mi padre y dieciséis hermanos junto a su madre en el año 1944 (portada en este libro). Un escrito al pie de la fotografía decía lo siguiente:
“Esta familia, por su tesón en el trabajo, bondad, caridad, honradéz, honestidad y su amor por la familia que transmitieron a sus hijos, se destaca como una de las familias más numerosas y trabajadoras de Cuba”.
Cuando cumplí 24 años de edad, llegó a su fin la bella época de Cuba Republicana al ser masacrada por el comunismo. Los diez años que viví bajo ese odioso y cruel sistema de gobierno lleno de amargura, sufrimientos y sinsabores no me hicieron claudicar y nunca pudieron conseguir nada de mí.
Tenía fe en Dios que algún día llegaría para mí la libertad, y vivir en un país.
Thursday, May 24, 2018
Cuba, Ayer y hoy
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